viernes, 29 de junio de 2007

Bielorrusia y Venezuela pasan a asociación estratégica

Bielorrusia y Venezuela pasaron a la etapa de asociación estratégica en sus relaciones bilaterales, indicó hoy el mandatario de este país, Alexander Lukashenko, al reunirse aquí con su similar venezolano, Hugo Chávez.

Lukashenko destacó que del carácter de esos nexos, los cuales se desarrollan de forma dinámica y fructífera, habla la frecuencia de los intercambios de visita al más alto nivel entre ambas naciones.

Tras su arribo a esta capital luego de dos días de estancia en Rusia, Chávez se entrevistó en privado con el jefe de Estado bielorruso, quien valoró la decisión del mandatario suramericano de efectuar una corta visita a esta capital.

Lukashenko agradeció el profundo interés mostrado por el presidente venezolano por el desarrollo de los nexos bilaterales y su demostración de amor y simpatía hacia el pueblo bielorruso.

Los dos países van a cooperar estrechamente en la esfera económico-comercial, científico-técnica y militar, aclaró Lukashenko, quien se apresta a viajar a Caracas en un futuro próximo, indicaron fuentes diplomáticas en esta capital.

Ambas partes dejaron atrás la primera etapa de colaboración, lo cual transcurrió de forma rápida, estimó el anfitrión del encuentro al más alto nivel.





jueves, 28 de junio de 2007

Argentina: empresarios al poder

José Steinsleger/La Jornada



Se dice (algunos historiadores dicen...) que por motivos de "unidad nacional", la casa presidencial de los argentinos se pintó de "rosada", para diluir el rojo y el blanco partidario de quienes estaban a favor y en contra de la federalización de Buenos Aires (1880).

El puerto fue capital federal y poco más allá, fuera de su perímetro de 200 kilómetros cuadrados, se fundó la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires.
Comercial e improductiva, la ciudad porteña se convirtió en "blanca" y hermosa, enriqueciéndose del monopolio de las rentas de la aduana y el libre cambio con Inglaterra. Y el país se convirtió en "el interior", vasto espacio territorial habitado por los "negros" (provincianos pobres).

La Buenos Aires linda: escaparate o parte visible de una Argentina partida en dos. "El interior": país oculto que ya en el decenio de 1930 llamó la atención de escritores con aliento spengleriano, como Ezequiel Martínez Estrada (Radiografía de la pampa, 1933; La cabeza de Goliat, 1940), y el nada nacionalista Eduardo Mallea (Historia de una pasión argentina, 1937).

Nueve mitos porteños "for export": Borges y Gardel, el futbol y el "bife", la pampa y los gauchos; la "cultura", el tango y Buenos Aires (tan "parecida" a Europa...). Mitos reales que se ajustan a la etimología del vocablo: "relatos tradicionales relativos a cosas y seres sobrenaturales, o a los antepasados o héroes de un pueblo".

Para gran parte de los porteños, la noción de "interior" empieza en la avenida General Paz, anillo periférico que circunvala y divide a la capital de la provincia. El "interior": justificación de la barbarie liberal. Ayer, contra el gaucho que huía de "la ley", el negro encadenado en la guerra de Paraguay, el inmigrante "apátrida" ajeno al "ser nacional" y el "cabecita negra" que grita Perón.

Y hoy, contra los "desaparecidos" de la dictadura militar, los trabajadores "ilegales" de los países vecinos, y los pobres "desechables" engendrados por el modelo neoliberal y empresarios "de éxito" como Mauricio Macri (1959), flamante jefe electo del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Veamos algunas "opiniones" del señor Macri, apoyado democráticamente por más de un millón y medio de porteños que se jactan de su "cultura" (61 por ciento):

Cartoneros: "Tienen una actitud delictiva porque se roban la basura. Los recolectores informales no pueden estar en la calle, los vamos a sacar de la calle...Es tan delito robar basura como robarle a un señor en la esquina" (diario La Nación)

Homosexualidad: "Es una situación complicada. Es una enfermedad, no es una persona ciento por ciento sana...es una desviación... ¿usted festejaría que su hijo fuese homosexual?" (diario Página 12)

Mujer: "Vengo de una familia machista. En una familia machista, una mujer no tiene otro destino que el de estar educando a sus hijos" (revista Noticias)

Tortura: "Cuando uno sueña que un policía tiene que agarrar al ladrón y pedirle por favor que confiese, la realidad se encarga de demostrar que no es tan fácil que confiese" (revista Noticias)

Trabajo: "La manera de tener un desempleo bajo es atrayendo constantemente inversiones. Y eso se logra primero con un régimen laboral muy flexible, que les permita a los que quieren entrar, entrar y salir sin mayores costos" (diario Página 12)

Menem: "Uno de los grandes presidentes de la historia" (revista Viva)

Hambre: "Me acuerdo que a los 18 años fuimos a Chile con unos amigos... Llevábamos unos buenos mangos (pesos), pero descontrolamos en el casino. Perdimos todos y dormimos un par de días en la calle".
Seguridad: "Proponer, sólo proponer hacer una revolución moral, una policía profesional y bien paga; tener un proyecto, que se pueda circular por las calles, que los delincuentes estén tras las rejas..." (Muletillas de campaña)


Hijo del magnate industrial ítalo-argentino Franco Macri (quien hizo su fortuna bajo el paraguas de las llamadas "patria financiera", "patria contratista", "patria protegida", "patria privatista", "patria licuadora" y otras modalidades del saqueo neoliberal), Mauricio Macri impulsó su campaña al frente del club de futbol Boca Juniors, y de una agrupación política llamada Propuesta Republicana (PRO).

A finales de 2005, el periodista Horacio Verbitsky observó que el ideario de Macri sintonizaba con las palabras pronunciadas por el general Jorge Rafael Videla el 24 de mayo de 1976, a dos meses del golpe militar.

Dijo el genocida: "...Con madurez y sentido de unidad es fácil pensar en la recomposición del ser argentino. Ese ser argentino, basado en madurez y sentido de unidad, permitirá la inspiración para elevarnos por encima de la miseria que la antinomia nos ha planteado, para dejar de una vez por todas ese ser anti y ser de una vez por todas, pro: pro argentinos".

En primera página, el periódico La Nación tituló: "Una propuesta para un cambio profundo".

Videla explicó que esa propuesta sería "seriamente republicana", hasta que sus objetivos fueran asumidos por una corriente de opinión.

¿Llegó la hora?

Lo que dejaron las elecciones porteñas

Para los que soñamos con una sociedad diferente, justa, equitativa, lejos de las lacras de la explotación y la marginación, el 24 de junio fue un día nefasto. Pero no sólo por el triunfo de la derecha que representa Macri: el ballotage de las elecciones porteñas dejó en evidencia la durísima realidad que nos enrostra que a las mayorías populares sólo les queda optar por sus verdugos. Filmus, como representante de las políticas del gobierno, también era una variante del sistema que succiona el sudor popular en beneficio de las minorías dueñas del poder económico. Quienes intentamos analizar pormenorizadamente la realidad, tenemos que estar muy atentos a los datos que surgen del proceso que culminó –como punto más resonante- con el ungimiento de Mauricio Macri como jefe de gobierno porteño.

Un dato taladrante, y muy preocupante, es el millón de votos que fueron a parar a la urna de Macri. Seguramente no todos ellos provienen de zonas "paquetas" y pudientes; está claro que mucho humilde trabajador ha depositado su confianza en alguien cuyos intereses están en las antípodas de los suyos. Esto, por lo menos en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, significa un tremendo retroceso respecto del "que se vayan todos" de hace tan sólo seis años, pues al hecho de que no se ha ido nadie, hay que agregar que se ha votado a quien encarna cabalmente las políticas que llevaron a aquel estallido.


Sin embargo, no podemos detenernos en ese punto; hay que sondear en las profundidades de la estructura del sistema capitalista, el que no sólo significa la tenencia de la propiedad de los medios de producción y el manejo de las relaciones que surgen de ello por parte de una clase minoritaria y explotadora, sino la imposición por parte de ésta de una forma de pensar a las clases explotadas. Es decir, la imposición de una cultura, de una conciencia acorde a los intereses de las clases dominantes. Las mayorías populares tienen el erróneo convencimiento de que sin capital y sin patrones no puede haber trabajo ni desarrollo, ni perspectivas de un futuro mejor. Es ése el verdadero triunfo del sistema burgués, al que abonan todos los días no sólo en las unidades de producción y servicio, sino fundamentalmente a través de los planes de educación y los medios de comunicación. Es por eso que un humilde trabajador o un desocupado pueden –y de hecho lo hacen- apoyar a su propio explotador. Teniendo en cuenta lo antedicho, es entonces muy probable que ante gobiernos que disfrazan su discurso con tintes "izquierdosos", pero que en los hechos aplican políticas que benefician los mismos intereses que los gobiernos declaradamente de derecha, haya grandes sectores de la población más humilde que opte por el original en vez de por una mala copia. En términos populares sería elegir directamente al dueño del circo, en vez de a su payaso.


Al mismo tiempo, y aunque parezca contradictorio, hay que hacer hincapié y poner mucha atención en el rechazo representado por la abstención, el voto blanco y el anulado (sumados, tanto en Capital como en Tierra del Fuego, representaron más del 30% del padrón), realidades cada vez más estructurales y en crecimiento, que aluden a un repudio claro y contundente contra todo el sistema de representación política del país.

miércoles, 27 de junio de 2007

Unidad bolivariana


Hugo Chávez se anotó una nueva victoria el sábado 23 de junio. Después de meses de cuestionamientos y dudas de las fuerzas aliadas, el presidente logró alinear detrás de sí a más de 5,6 millones de personas en el nuevo partido único del chavismo. Frente a 15 mil simpatizantes, el presidente venezolano celebró el nacimiento del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). “Los seres humanos somos transitorios, el partido debe ser eterno, el más poderoso motor revolucionario”, aseguró.

Los afiliados del nuevo partido que aglutinaría a todas las organizaciones y fuerzas cercanas al chavismo representan alrededor de un 80 por ciento del caudal de votos que recibió el presidente en la elección presidencial de fin del año pasado. “Será un partido de multitudes organizadas, de frentes organizados, de masas en movimientos, de multitudes y de masas que forma cuadros políticos”, explicó Chávez.

El mandatario no quiso dejar de mencionar al otro 20 por ciento, que todavía no termina de aceptar el nuevo proyecto político del oficialismo. “El nuevo partido no debe estar manchado por los vicios del viejo partidismo político venezolano”, disparó el presidente y, seguramente, próximo líder del PSUV. Después de su reelección el 3 de diciembre pasado, Chávez anunció la unificación del oficialismo. Las resistencias de los partidos menores del chavismo no se hicieron esperar. Podemos, el Partido Patria para Todos (PPT) y el Partido Comunista (PCV) mantuvieron desde un principio una clara reticencia a desaparecer dentro de la gigantesca masa chavista, perdiendo así su pequeña autonomía y su capacidad para pelear cargos públicos.

Chávez no atacó estos cuestionamientos durante unos meses. Sin embargo, cuando vio la necesidad de acelerar el proceso, no dudó en fustigar públicamente a sus aliados e incluso acusarlos de conspirar en la oposición. No aceptó las condiciones y los beneficios que pedían y decidió seguir solo. El ingreso masivo de afiliados dejó ahora en una cuerda floja a los partidos aliados, que ya afirmaron que no quieren pasarse al bando opositor.


domingo, 24 de junio de 2007

El maoísmo reaparece con fuerza


"Otto Vargas, secretario general del PCR, habló en el brindis del aniversario de la fundación del Partido, el 6 de enero de 1968."

Uno de los centros principales de la derrota del proletariado es China. Esos millones de obreros, ya privados de obras sociales, de seguro de salud, de jubilación, tienen que pagar para atenderse en un hospital, porque si no se mueren como perros en la puerta; perdieron todo eso que tenían en la época del comunismo –del “asesino Mao”, como dicen esas pavadas con que nos inunda la prensa burguesa todos los días–; hoy día esos obreros trabajan 12 o 14 horas, por jornales que apenas si les alcanzan para comprar tres modestas comidas en el día.

Por lo tanto ¿cómo no va a estar eufórica la burguesía con este mundo globalizado que teorizan los que escuchamos todos los días en la televisión?

Pero no sólo hay nuevos vientos con los hechos políticos que antes mencioné. También hay nuevos vientos porque empieza a haber una resistencia creciente, como estamos viviendo en la Argentina desde lo de subterráneos, telefónicos, el Garrahan, los chicos de los call centre y de los supermercados, etc. Comienza a haber una resistencia mundial, de la que los jóvenes franceses, en esa lucha histórica contra la precarización laboral, dieron un ejemplo a todos los trabajadores del mundo, e impidieron que se precarice más el trabajo en Francia.

Pero el centro de esta resistencia está en China, donde el ministerio de Seguridad –es decir, los datos son oficiales– daba más de 20.000 rebeliones, huelgas y acciones obreras, campesinas, populares en el 2004, algunas con ocupaciones de fábricas, ocupaciones de ciudades, enfrentamientos armados; pero en el 2005 fueron 84.000. El compañero Mariano Sánchez me recordaba que tuvo el honor de poder visitar Taching, que era el modelo industrial de la China de Mao, el centro de la producción petrolera de China. Con la nueva política, decenas de miles de trabajadores fueron a la calle. Pero después hubo una rebelión obrera que duró días, que se hizo dueña de la ciudad, y contra la que el gobierno chino tuvo que enviar no sólo policías sino al ejército para poder aplastarla y detener a sus dirigentes.

En Zhengzhou, al norte de Wuhan, una ciudad obrera, industrial, ha habido cantidades de luchas. Todos los 9 de septiembre, aniversario de la muerte de Mao, se reúnen los trabajadores en la plaza central de Zhengzhou –han sido reprimidos varios años–; allí cuatro obreros publicaron un llamamiento que circuló por toda China, titulado “Mao, nuestro líder para siempre”, de denuncia de los seguidores del camino capitalista a los que Mao Tsetung combatió, que se adueñaron de la dirección del Partido y del Estado, pasaron a nombre propio los bienes del Estado, y son parte de esa clase dirigente de la China capitalista e imperialista actual. A esos cuatro obreros los juzgaron, los condenaron a tres años de prisión, en medio de un gran movimiento de solidaridad en China –que acá no lo conocemos, pero que existe–. Junto con estas luchas –muchas de ellas con ocupación de empresas, o de ciudades como en el caso de Taching–, y cortes de ruta –ahí está bastante extendida esta modalidad argentina y boliviana–, hay una proliferación de centros de estudio de las obras de Mao, legales algunos, clandestinos otros; casas de té donde se cantan las canciones y se pasan las películas de la Revolución Cultural. Millones de personas –me decía un compañero que acaba de volver de China– llevan el distintivo de Mao, para mostrar que son maoístas. Por eso tienen razón algunos capitalistas que dicen que el eslabón débil del sistema capitalista actual, o uno de ellos, es China.

Reaparece con fuerza ese maoísmo que habían dado por muerto. También hubo una carta a Hu Jintao, de veteranos del Partido, del Ejército y de la intelectualidad, planteando prácticamente lo mismo que la declaración de los “cuatro de Zhengzhou”, y que también recorrió toda China. Caravanas de jóvenes marchan a Zhengzhou a llevar su solidaridad a los detenidos.

El maoísmo al que daban por muerto, está vivo. No sólo está vivo en China: en Nepal, el 70 por ciento del territorio ha sido liberado por la guerrilla maoísta que obligó al rey, sobre la base de una gran movilización popular, a llamar a una Constituyente. Continúa la lucha armada en la India y en Filipinas. Se fortalece el Partido de Indonesia. Se han fortalecido los partidos que integran la Conferencia Permanente de Partidos Marxistas Leninistas (de los que la mayoría son maoístas), Conferencia de la que somos co-fundadores. Y hace poco hemos realizado acá en la Argentina una reunión de partidos y organizaciones antiimperialistas de América Latina, donde comprobamos que los partidos maoístas también se fortalecen en nuestra región.

Es decir que el maoísmo al que daban por muerto, está vivo. Y éste, compañeros, es nuestro mayor orgullo: el haber levantado las banderas del marxismo-leninismo y del maoísmo cuando todo eso se derrumbaba; en un momento no se veía ni una luz en ninguna parte –como se dijo durante la reacción contra la Revolución Francesa–, donde parecía que todo se había terminado.
Nosotros levantamos esas banderas. Cuando fundamos el Partido, cuando fuimos a China y establecimos relaciones como partidos marxistas leninistas hermanos. Estábamos allí con el compañero Gody Álvarez, le dijimos a los compañeros chinos: “nosotros no somos oficiales, somos suboficiales nomás, cuanto más sargentos: estamos tratando de organizar una fuerza revolucionaria en la Argentina”. Y Ken Piao, uno de los principales cuadros maoístas del CC del PC de China, nos dijo: “no, ustedes son oficiales, porque son marxistas-leninistas”. (Yo para mis adentros pensé entonces, y sigo pensando hoy, que éramos solamente suboficiales).

Hemos cometido muchos errores, porque sólo no cometen errores los que no hacen nada. Y hemos tenido aciertos. Pero hay algo de lo que estamos orgullosos: que hemos mantenido en alto y hemos defendido las banderas del marxismo-leninismo, el maoísmo, los principios de Mao Tsetung. Y hoy día ese es el mayor orgullo de nuestro Partido.